VISIÓN DE DINOSAURIO

Me imagino a un dinosaurio mirando entretenido todo lo que ha venido detrás de él, y como el mundo ha cambiado tantísimo tanto que prácticamente le toca adivinar…

A veces, muchas veces, me siento como ese dinosaurio observador, y entonces mi memoria viaja por todos esos años en los que la publicidad ha sido mi “metier”, mi oficio, mi entretenimiento…

Viaja y es testigo de los cambios que he vivido, a los que me fui adaptando a veces sin sentirlo y otras dificultosamente; cambios que sin embargo, gracias a una curiosidad que podría parecer insaciable, me empujaron a seguir, afrontando nuevos retos y divertirme más…

Verdaderamente, a pesar de sentirme un dinosaurio, viajero del tiempo con más de medio siglo profesional a cuestas, sigo teniendo el entusiasmo del primer tiempo y fascinándome al ver como las ideas se materializan, las imágenes bailan, la música anima y las palabras hablan…

Pero en el fondo, la esencia no cambió nada; lo hicieron -y siguen haciéndolo- las formas. Desde el modo de decir las cosas hasta los lugares donde estas se dicen…

Es cierto que echo de menos ciertos modos que yo llamaría “inteligentes”, cuando las chaturas de la comunicación publicitaria afloran, por desgracia, pero pienso que ya pasará y que la necesidad de una publicidad cien por ciento creativa, efectiva y eficiente, volverá a ser la norma…

¿Y qué podría decirles desde mi vitrina de un museo a quienes me observan curiosos…? Solamente que estoy aquí, no por importante, sino porque tal vez sea uno de los pocos dinosaurios para los que la publicidad ha sido un divertido modo de vivir la vida.