“FRESCO, FRESQUITO…”
Cada vez que recuerdo la frase publicitaria completa, me viene a la memoria mi amiga Yamile, que era co-redactora creativa en JWT hace tanto tiempo…
No se trata de hacerle publicidad a los caramelos HALLS, pero la asociación es imborrable y cada vez que me pongo uno en la boca, pienso en ella, en las bromas que, junto con Germán, el director creativo le gastábamos y cómo caía en ellas, riéndose con nosotros cuando descubría las tretas…
Lo último que supe de ella, es que una vez casada – hace tiempo también- fue a vivir al norte del país, de donde creo era su esposo y allí, fue, años más tarde, alcaldesa del distrito de Casitas, en Tumbes…
Tal vez estos recueros no interesen mucho a nadie, pero los traigo a colación porque una frase publicitaria -versito casi- sirve de gatillo para que la memoria se ponga en acción y brote la sonrisa que evoca momentos gratos e inolvidables, que nunca fueron lo que muchos llaman “trabajo” y para nosotros, Yamile, Germán y yo, por lo menos, era un divertido modo de ganarnos el sueldo.
Siempre repito que lo mío fue diversión y aprendizaje: aprendí a divertirme con lo que hacía. Todo el tiempo algo nuevo, diferente, retador y -perdonen la reiteración- ¡enormemente divertido!
Cuando enseñé el curso de “Técnicas de razonamiento creativo” (original y pomposamente) titulado “Creatividad”, siempre traté de transmitir a chicas y chicos, cómo era de entretenido ser un creativo publicitario… No sé si lo conseguí, pero enseñando me divertí también, aprendí muchísimo y tuve los mejores profesores: mis alumnos, que solamente en el IPP, durante los treinta y cinco años de docencia, sumaron por lo menos dieciséis mil…
Manolo Echegaray.