EMBELLECER, NUNCA MENTIR

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EMBELLECER, NUNCA MENTIR

Las mujeres se maquillan para verse más bellas. Los hombres suelen afeitarse para verse mejor; al arbolito de navidad se le colocan luces y adornos para que se vea bien, festivo, alegre…

Se embellece casi todo, no por ocultar algo, sino para significarlo positivamente, para que sea atractivo. La mentira o la ocultación de una verdad incómoda para “borrarla”, es engañar a los demás y si para lograr la atención positiva y la atracción se miente, a sabiendas de lo que se está haciendo…

Para nadie, el engaño es lícito y en publicidad es una regla, una norma, que el engaño, la mentira, no pueden ni deben formar parte del mensaje que se difunde a un público que ve a la publicidad como “recomendador”…

No se trata de no “maquillar” a los productos o a las marcas, siempre y cuando el “maquillaje” sirva para resaltar cualidades y no para esconder lo que podrían ser defectos. Es como en la vida real, donde el buen maquillaje resalta los rasgos positivos de la mujer, llamará la atención y de seguro atraerá, pero lo que vale es la persona y lo demás es…¡Maquillaje!

Uno no busca o compra algo por el envase, sino por el contenido. El envase atrae, pero el contenido, lo buscado, satisface o no… Es algo que hay que tener siempre en cuenta al hacer creatividad publicitaria: Lo importante es lo que se publicita, porque lo demás es el “aderezo y acompañamiento” del ingrediente que está en el plato principal.

Manolo Echegaray.

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