EL RICO RECUERDO
Ya lo conté en mi blog personal, hace un montón de años, pero hoy el recuerdo regresa para asaltar mi memoria y volverá vivir la emoción de crear, divirtiéndome y compartiendo la aventura con mi amigo Germán Gamarra, fantástico dibujante, ilustrador, pintor y uno de los más notables directores de arte que he conocido en mi más de medio siglo de creativo publicitario…
Ambos trabajamos en JWT y compartimos infinidad de proyectos que se convirtieron en campañas completas, en avisos para impresos y spots para la tele (o el cine también, si el presupuesto daba…). La publicidad nos juntó y pudimos dar rienda suelta a la experiencia maravillosa de ser una “dupla creativa” que se divertía con lo que hacía, haciendo de días y trasnochadas de
trabajo, una fiesta creativa increíblemente rica.
Marcas y productos pasan por mi memoria en un número indeterminado, pero me detengo esta vez en la marca “Royal”, y en lo que nos ocurrió para una marca tradicional de postres, gelatina de varios sabores y flan, donde el público objetivo era amplio, pero decidimos centrarnos en los niños y en ese niño o niña que vive dentro de cada adulto…
Germán y yo, imaginamos a un rey (“Royal” en español se traduce como “Real”) y a su corte… Así nació el rey “Royalón” y su familia, que eran en realidad la “personificación” de los diferentes postres de la marca.
“Royalón” era el rey bonachón y gordo, “Golosina” era la princesa, hija de “Royalón”; el bufón de la corte era “Flon”, “Intríngulis” era el consejero-espía del rey y por supuesto, “Royalón” tenía en su corte-familia, un perro, al que llamamos “Vainilla” y que Germán dibujó y pintó verde (nunca supe por qué)…
Estoy seguro de que detrás de todo esto, que fue aceptado por el cliente, estaba nuestro espíritu creativo y juguetón, que hizo que nos divirtiéramos muchísimo, creando situaciones e historias, la mayoría de las cuales, por espacio, nunca vieron la luz, pero que nos permitieron crear todo un mundo fantástico, donde inclusive imaginamos un librito de cuentos, con imágenes para colorear…
Supongo que este recuerdo mío no tiene mayor interés para quienes lean estas líneas, pero ha sido parte de esa vida que hace que valga la pena vivir, para esa “dupla” creativa que formamos Germán y yo… Germán se mudó a lo que yo llamo “El barrio eterno” y desde allí, tal vez se entere de este pequeño artículo y se ría recordando las aventuras de “Royalón”, “Golosina, “Flon”, “Intríngulis” y por supuesto de “Vainilla”, el perro verde….
Manolo Echegaray.