¡A VOLAR, JOVEN…!

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¡A VOLAR, JOVEN…!

Sí, es una vieja película del genial “Cantinflas”, el actor cómico mexicano cuyo personaje, yo creo, nació inspirado por el también genial Charles Chaplin y su personaje “little tramp”, o pequeño vagabundo, dando vida a ese que sería el símbolo del “peladito” mexicano…

Todo lo dicho para aclarar el título de este articulito, aunque el contenido no tenga nada que ver con la película, sino con la actitud de volar, no físicamente, sino con la imaginación; una “virtud” que todo creativo publicitario debe tener y ejercitar casi de manera permanente…

La imaginación del creativo publicitario vuela, pero con un vuelo controlado, conociendo además las coordenadas y “pistas” que irán llevando a la que Sor Juana Inés de la Cruz, llamaba “la loca de la casa” a donde deberá llegar. No es que al creativo publicitario
“se le ocurra” instantáneamente tal o cual cosa de asombroso ingenio, sino que para cumplir con cada trabajo encomendado, deberá “nutrirse de información variopinta, a veces tediosa en apariencia, pero útil para conocer, no solamente a lo que publicita y su competencia, sino al público hacia el cual se dirige, sus características, hábitos y costumbres. Objetivo, coordenadas, plan de vuelo… Todo para asegurar un
feliz aterrizaje…

Lo digo siempre, no es fácil, como no lo es pilotear correctamente un avión y llegar a destino…

La imaginación del creativo publicitario debe estar domesticada para cumplir órdenes, pero tener la libertad suficiente para que sea capaz, de en base a esas órdenes e información, volar lejos y alto… ¡Lo más alto posible!

Cada trabajo es un “vuelo” único y diferente. Eso es lo divertido de la creatividad publicitaria…

Manolo Echegaray.

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