LOS TAMBORES
Llamar la atención con un batir de tambor puede parecer una forma primitiva de hacerlo; sin embargo, desde su origen, la publicidad ha buscado atraer la atención para dar mensajes.
Es lícito pensar entonces que esta era una “forma publicitaria”, como también, bastante antes los gritos, llamados y otras “triquiñuelas”, que lo que buscaban era lla,ar la atención de un público -posible cliente de vendedoras de pescado, fruta y cuanto hay. “Revolución caliente para rechinar los dientes…Azúcar, clavo y canela para rechinar la muela”, es un tradicional ejemplo limeño, tal vez…
Es que la creatividad se ha aplicado siempre en ese acto de atraer la atención sobre algo que se ofrece para la venta. Es lo mismo que hoy se hace, en todo el mundo, con productos, marcas y servicios; desde automóviles a cremas para el rostro y desde unas zapatillas hasta los servicios de una funeraria…
¿Están vendiendo? ¡No! Están llamando la atención; si pueden, convenciendo y si al principio los mismos
vendedores hacían este trabajo, ahora marcas, productos y servicios lo hacen publicitando (es decir, comunicando “intencionalmente) a través de los diferentes medios que llegan a grandes audiencias y son capaces de brindar una definida selección en cuestión de ”nichos de mercado”…
Creo que la publicidad es muy antigua y ser parte de una profesión ancestral, además de llenar de orgullo a los publicistas, debe hacerles pensar que su responsabilidad es histórica, porque el engaño puede funcionar, pero daña al producto, marca o servicio, pierde mercado y la confianza de ese público al que se dirigía…
¿Alguien dijo que “sólo es publicidad”?
Manolo Echegaray.