LO QUE ABUNDA, SÍ PUEDE DAÑAR…

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LO QUE ABUNDA, SÍ PUEDE DAÑAR…

El refrán dice que “Lo que abunda no daña”, pero hay ocasiones en que sucede lo contrario, como cuando un exceso de agua provoca inundaciones, destrucción y víctimas…

Es verdad que uno de los factores de penetración del mensaje publicitario es su repetición, pero todo en la vida (y la publicidad es parte de ella) tiene un límite y el abuso de la repetición de un mensaje usando la misma plataforma o en varias, es contraproducente. En una palabra: harta. Paga el pato lo publicitado. Es un caso clarísimo de “pecado por exceso”. Aquí si vale lo de “Toda repetición es una ofensa”.

Siempre he sido de la opinión que, si bien la publicidad tiene como una característica la reiteración, esta no puede, ni debe convertirse en algo negativo, que atosigue al público que está expuesto a ella.

La repetición que parece salirse de control hasta convertir a la pieza publicitaria, primero en un enemigo de sí misma y, por supuesto, en elemento negativo para la marca, servicio o producto.

Hay que cuidar la frecuencia, con tanto celo como se cuida la creatividad. El refrán “Bueno es culantro pero no tanto”, nos dice que un ingrediente que mejora y “adorna” el sabor de las comidas en una cantidad moderada, con “un toque”, como se dice, no puede ser un desnaturalizador del sabor.

La excesiva frecuencia no puede convertir a una pieza publicitaria creativa, en un incordio.

Manolo Echegaray.

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