SI NO QUIERES QUE TE JUZGUEN TODO EL TIEMPO…
Dicen que un consejo siempre viene bien, aunque sea el
consejo de un conejo… Creo que te puedo aconsejar y opino
que, si no quieres que te anden juzgando, lo mejor que
puedes hacer es NO SER redactor creativo publicitario…
Es que lo que hace el redactor publicitario lo juzga y opina
sobre ello “todo el mundo”, a diferencia de lo que crea y
dibuja el director de arte, porque “todo el mundo” da su
opinión y juzga un texto o un titular, mientras que lo gráfico
tiene mucho menos “opinólogos”; sucede que “todo el
mundo” cree saber escribir y leer, mientras que el dibujo,
las imágenes gráficas y todo lo que tenga que ver con “el
arte” pareciera tener más misterio. No es eso, en realidad,
sino que muy poca gente sabe expresarse gráficamente…
Pero vamos al juzgamiento que, en el caso de textos o ideas
no gráficas, pareciera ser casi eterno…
El texto, generalmente es visto primero por un ejecutivo de
cuentas, que lo mira, remira y opina positiva,
negativamente o solicita algunos cambios. Pasada esta
“primera etapa” y si con la revisión, el ejecutivo se siente
satisfecho, el trabajo va a ser escudriñado por un supervisor
o director de cuentas, que también opinará y puede que
solicite o no, algunos cambios. El estadio siguiente, luego de
la “revisión directoral”, suele ser un “comité de gerencia”
donde el texto, ya con la parte gráfica añadida, es juzgado
por un grupo que normalmente incluye uno o dos
personajes publicitarios, ajenos a la cuenta, y tal vez el
gerente de la agencia, donde las objeciones llueven, porque
en realidad es muy difícil que todos tengan un parecer
positivo y unánime…
De allí se irá a la “presentación al cliente”, donde este
juzgará, opinará, aprobará, desaprobará o solicitará
cambios…
Finalmente, la bendita pieza publicitaria será insertada en
prensa, radio, tele, internet o exhibida en paneles callejeros
al público, que, una vez haya visto y juzgado, dará su
opinión adquiriendo o rechazando el producto o servicio
publicitado.
Cuando crees que ya terminó todo, vas a repetir la
experiencia innumerables veces. Tantas como “órdenes de
trabajo” recibas, que te cuento, son muchas; o sea que si
no te gusta que alguien juzgue tu trabajo… ¡Mejor busca
otra “chamba”!
Manolo Echegaray.