Papá en el mundo publicitario tras un año de pandemia.

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En este día del padre, queremos mostrar algunas reflexiones de cinco papás de esta familia llamada MAYO, que representan a todos los papás que trabajamos y vivimos esta profesión, apasionados por el mundo publicitario a más de un año de esta nueva normalidad.

Julio Oshiro, director creativo, que la fuerza me acompañe.

En 2002 me dieron la mejor sorpresa de la vida. Y en 2003 a esa sorpresa le pusimos Sophie. Pronto cambiará el DNI amarillo por uno azul. Será diseñadora gráfica como yo, bueno, mejor que yo.

En nuestra vida juntos nos hemos visto poco, muy poco, por decirlo de alguna manera, no tenemos un vínculo tan estrecho como lo tiene ella con Kati, su mamá. Antes de la pandemia uno se pasaba más tiempo fuera de casa que dentro de ella. La veía por las mañanas cuando la dejaba en el colegio o muy tarde en la noche. Entonces ese era el tiempo que teníamos. A eso sumemos que soy parco y de pocas palabras, y ella en eso, se parece bastante a mí. Además, compartimos el mismo sentido del humor.

En estos casi 500 días cambié 2 veces de agencia, aprendí a usar el Zoom, el Meet y el Teams. No me acostumbro a los brainstormings virtuales, tampoco al WiFi de cada día, mi columna exige una mejor silla, la del comedor no ayuda. Tenemos nuevos grandes hábitos en casa, como desayunar, almorzar y cenar juntos, por ejemplo.

Decir que nos vemos todo el día es demasiado, nos vemos mucho más, eso sí. Sigo trabajando desde un rincón improvisado de la casa. Ella en clases virtuales. Nos volvemos a encontrar, a seguir conociéndonos. Ver como crece lo es todo..

El plan es seguir conectados. Gracias Covid-19 por permitirme decir nuevamente, hola Sophie.

Johan Rodriguez, director de arte y papá motero.

Podría decirse que antes del bicho, esto de ser Papá motero era más sencillo y relajado, al menos así lo sentía, cuando existía eso que llamábamos normalidad los temas familiares generalmente los trataba antes de salir de casa y llegando a ella.

Luego todo cambió, todo, absolutamente todo es más rápido; desde los problemas más simples como despertar y darme cuenta que ya no tengo que ir a la oficina pero sobresaltarse porque tengo que ayudar en casa a preparar el desayuno, despertar a mi adorada hija, decirle que se cambie, que se peine antes de entrar a clase, pero antes recibir una avalancha de besos y abrazos, ayudar a mi esposa a cocinar, regar las plantas, hacer algo (lo mínimo) de ejercicio antes de prender la máquina para trabajar y todo eso con un perro hiperactivo que no para de dar vueltas y saltar desde el momento en que nos despertamos. Todo esto pasa en menos de una hora, una hora de muchas que faltan que vendrán con muchas cosas por hacer, por lograr y disfrutar.

Ahora, todo lo normal de antes me parece extraño, confuso y muchas veces aburrido, quizá sea que me acostumbre a esta nueva normalidad en casa, la cual viene envuelta en miles besos, abrazos, palabras de afecto pero también de momentos tristes, momentos de felicidad extrema, momentos de incertidumbre, pero al final momentos en familia que no cambiaría para nada por la antigua normalidad.

Giovanni Bedoya, director de planning estratégico, papá en eterno aprendizaje

Siempre pensé que antes de cumplir 30 años sería lindo ser papá, y asi, en el año 2016 llegó Natalia a mi vida, diciendome “sueño cumplido”.

Desde el inicio fue hermoso porque me enseño muchas cosas sobre la familia, sobre la paternidad, la responsabilidad y sobre cómo sobrellevar la vida, recuerdo que cuando llegó Natalia a mi vida trabajaba en una agencia de publicidad y pensé “debo buscar otros rumbos para tener más tiempo”, y asi fue como estuve varios años lejos del mundo publicitario hasta que la vida quiso que volviera a este mundo con otra perspectiva, la de ser padre.

Antes de la pandemia ya me habia acostumbrado a pasar tiempo con mi hijita durante la semana, alistandola y llevandola al nido; y sobre todo los fines de semana, saliendo a pasear, jugando y visitando a los abuelos, pues pasa mas tiempo con Valeria, su mamá. Pero con la llegada de la pandemia y la cuarentena, empezó todo un nuevo mundo de videollamadas, de juegos por la cámara, de acompañarla en sus comidas desde un móvil y de apreciar cada momento de verla fisicamente como si fuese único, ese pequeño creado en la sala se convirtió muchas veces en más que un espacio de trabajo, fue una granja, fue una estacion espacial, fue un castillo de Disney y todo lo que nuestra imaginación nos permitiera.

Este día del padre, despues de mucho tiempo, la pasaré con ella todo un fin de semana, haremos pijamada, nos contaremos historias, haremos postres y todo lo que podamos crear en ese espacio junto, pero no quita por un momento que sin importar cuán complicado sea el mundo, haré lo posible por estar a su lado y apreciar cada momento como lo que es ella, increiblemente única y especial.

Feliz día del padre a todos los sobrevivientes de esta nueva normalidad y los creadores de una nueva para sus hijos.

Marco Calayza, productor BTL, ¿Cómo aprender a ser un mejor papá?

En el 2020 hubieron muchos cambios en mi entorno desde empezar a trabajar desde casa hasta el  no salir de ella por cuidarse de esta pandemia.

Ahí empeze a entender mas a mi familia y ver el dia a dia de todos en un formato 24 horas y poder compartir con ella, pero lo que me hizo aprender esta pandemia fue conocer lo mejor de Sofia mi hija y ver lo tan amorosa,inquieta,distraida,locuaz e independiente que es.

Verla desenvolverse en todos los aspectos es lo mejor que me puede pasar como padre y sentirme feliz de que va logrando a pesar de tener tan solo 10 años las cosas que se imagina y gracias a Ani por enseñarle todas las cosas que Sofia nos demuestra.

 Aprendí muchas cosas en este proceso que cambio mi manera de trabajo y espero aprender muchas cosas más para el bien de mi familia.

Feliz día del padre

Ricardo Ortiz, CEO, Papá invencible.

Lo que siempre fue un misterio, de lo que solo existían anécdotas y leyendas empezó a revelarse hace más o menos un año. Esas leyendas épicas de papá derrotando dragones y levantado en hombros por la multitud, se hicieron más terrenales y se convirtieron en parte del día a día.

Por otro lado, esos valerosos guerreros que regresábamos a casa sintiendo que habíamos cazado al mamut para alimentar a toda la familia, nos dimos cuenta que en nuestra “cueva” la cosa no era muy fácil, y quizás ese mérito tan adosado a los padres proveedores de bienestar y pilar fundamental de la familia, se empezó a ecualizar y ponerse en su verdadera dimensión. No somos superhéroes, ni es cierto tampoco que las cosas en casa sean fáciles de resolver.

La pandemia nos dio en la cara, y a muchos en el ego. Pero comprendimos algo muy importante: ese papá que no hace muchos años se veía como inalcanzable e invencible es mucho más vulnerable de lo que se cree, y no está mal aceptarlo, y está muy bien aceptarlo. Nos volvimos papás más humanos y más comprometidos con cosas que eran invisibles para nuestros ojos de Machos Alfa.

Gracias encierro por dejar que mis hijas me vean llorar, gracias por compartir mis frustraciones con mi familia, gracias por hacerme valorar mucho más a la compañera que tengo al lado.

Este día del padre trae verdades, trae papás sin caparazones y mucho más humanos; y eso hay que celebrarlo.

Feliz día del padre.

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